LA SERENIDAD EN LAS ARTES MARCIALES Y EN LA VIDA


En un mundo tan conflictuado como el que vivimos, en donde los problemas de estrés y ansiedad son desde hace ya tiempo más que patentes, la serenidad se nos presenta como un bien tremendamente necesario, un “valor en alza” que se torna en medicina para el cuerpo y para el alma.
En las artes marciales clásicas, sobre todo  las llamadas artes marciales internas, siempre se le ha dado una importancia capital a la serenidad.
Podríamos definir la serenidad como una especie de paz interior, un remanso de calma que permite la justa valoración de las cosas, aportándonos perspectiva y una gran eficacia ante los problemas.
Se convierte por ello en fuente de felicidad, de una felicidad madura, calmada, alejada de las turbulencias de las emociones inmaduras y pasionales.
Los filósofos de todos los tiempos le han dado gran importancia a la serenidad y la han relacionado con la Sabiduría.
Pero la serenidad, como cualquier virtud humana, es el fruto de un trabajo, el resultado de un proceso interior.

Nosotros en este artículo vamos a recurrir al I Ching, ese gran libro de Sabiduría china, para tratar de explicar algo más.
En el I Ching la serenidad viene representada por el trigrama Tui: el lago, la alegría serena, la hija pequeña. La imagen que representa esta idea es la de un lago en perfecta calma reflejando el cielo.
Aquí el lago representa la mente. Cuando este lago está agitado por el viento (las emociones, las pasiones) la superficie del mismo se ve afectada por rizamentos y olas que no permiten reflejar el cielo (nuestra mente superior o conciencia profunda) con claridad, sino de manera borrosa y distorsionada. Cuando el lago esta en calma, el cielo se refleja con total nitidez.
Tui, el lago, nos esta hablando del aspecto Yin de la mente, es decir, de lo relacionado con la suavidad, la receptividad, la quietud. Por tanto la serenidad requiere tratar de no hacer fuerza, tratar de soltar, de desprenderse de todo personalismo y de las pasiones del ego psicológico. La serenidad para la mente equivale a lo que es la relajación para cuerpo. En este caso la mente se relaja para que pueda liberarse de prejuicios y miedos.
Para generar serenidad necesitamos distanciarnos de nuestro ego psicológico, de tal manera que el “ojo del alma” pueda ver las cosas en su real dimensión.
La mente que por lo general usamos se apega demasiado a las cosas. Este apego produce una distorsión de la realidad, como en el ejemplo el lago.
No se trata de tomar tanta distancia que haga que no seamos conscientes de la realidad, sino de tomar la distancia justa para ver las cosas con perspectiva, de manera objetiva.
Ante un problema solemos preocuparnos mucho, pero la preocupación solamente aporta, en el mejor de los casos, soluciones parciales y de baja calidad. La preocupación es una forma de miedo. Tan sólo cuando estamos serenos encontramos soluciones eficaces y duraderas ante los problemas.

En el mundo de las artes marciales actuales no se entrena la serenidad, pues no se le da importancia. Se piensa que para resolver un combate lo importante es la técnica y la agresividad. En las llamadas actualmente artes marciales internas, como es el caso del Tai Chi Chuan, si que se le da una mayor importancia, pero desgraciadamente hoy en día estas artes, salvo alguna excepción, no practican el combate. Únicamente practican la serenidad en el gesto (las formas) pero sin la situación de presión que aportan los ejercicios de combate.
Se que es difícil tomar distancia de la mente personal y emotiva en una situación de riesgo pero la experiencia me ha demostrado que si nos vamos acercando a la serenidad a través de pequeñas prácticas, y vamos incrementando la presión progresivamente, es posible alcanzar una cada vez mayor serenidad en el combate así como en las situaciones presionantes de cualquier índole. Dicha serenidad es la que nos permite realizar la acción justa en el momento apropiado. Cuando eso sucede resolvemos la situación con un mínimo esfuerzo y un máximo resultado.

Más allá del resultado inmediato de un combate de artes marciales,  la práctica de la serenidad nos proporciona una paz interior y un estado de calma y felicidad serena que nos permite contemplar la vida con otros ojos.
Desde aquí te animo a que pruebes la serenidad-ese pequeño desapego de la mente estando presente-en las pequeñas cosas cotidianas de la vida. Verás que puedes estar en paz en medio de la actividad.
La serenidad se puede entrenar, y todo lo que se entrena se desarrolla.   


Carlos Pedro Bernat