Claves psicológicas en Star Wars

el lado oscuro y las emociones2
Aunque a primera vista solo parezca una película de aventuras, Star Wars aglutina muchas perlas de sabiduría. Película tras película aprendemos a contactar con nuestro maestro interior, se nos inculca confianza para vencer nuestros miedos y vemos que la Fuerza reside en cada cosa del universo.
A medida que nos sumergimos en la trama, vemos que la Fuerza está en nuestro interior. Para conectar también nosotros con ella, debemos constatar cómo se conforman las emociones, cómo se generan los pensamientos y cómo condicionan que vivamos la vida. Proponemos la aceptación y la atención como forma de descorrer el velo que se ha interpuesto entre la realidad y lo que pensamos; sugiero contactar con nuestro interior para encontrarnos con nuestro propio maestro, y te animo a «que la Fuerza te acompañe» a lo largo de tu vida.
«Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana...».
Este comienzo transmite un mensaje: lo que vas a ver aquí ya ha sucedido en otro lugar, pero puede suceder donde tú estás, sobre lo que tú ves y sientes, incluso sobre las decisiones que tomes en tu vida. Así que presta atención a lo que va a acontecer.
En una galaxia lejana se está produciendo una lucha. Por un lado, los rebeldes buscan la libertad y la igualdad entre los seres del universo; por otro, el Imperio pretende el control absoluto e imponer su dominio. En el trasfondo de la lucha, un «culto antiguo» cree en la Fuerza, una misteriosa energía que fluye y forma parte de todos los seres. Rige el universo mediante el equilibrio entre la vida y la muerte, manteniéndolo unido en constante simbiosis.
Dos órdenes profesan este culto: los jedi y los sith. Ambos pueden controlar y utilizar la Fuerza con su mente y su cuerpo, lo que les confiere poderes extraordinarios como el control mental, la telequinesis, la clarividencia, la amplificación de sus reflejos, la velocidad y otras capacidades físicas y psicológicas que ponen a su disposición para sus propósitos. Para lograr el control de la Fuerza hay que entrenarse durante toda la vida.
Ambas órdenes fueron una al principio, pero ahora se encuentran divididas entre el lado luminoso y el lado oscuro. Los jedi conservan la calma y la paz interior para controlar la Fuerza; los sith se dejan llevar por el miedo, el odio, la ira y el sufrimiento para incrementar su poder.

Las emociones: la puerta hacia el lado oscuro
Una de las célebres frases de Star Wars es la que hace referencia a cómo los jedi pueden ser seducidos por el lado oscuro: «El miedo es el camino hacia el lado oscuro; el miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva la sufrimiento. Veo mucho miedo en ti»..
Surgen entonces algunas preguntas: ¿cómo actúan estas emociones? ¿Cómo influyen en el cambio hacia el lado oscuro? ¿Qué relación hay entre el lado oscuro de la Fuerza y nuestra vida?
Las emociones son procesos que se accionan cuando nuestro aparato psíquico detecta cambios significativos para nosotros. Tienen una alta plasticidad y capacidad para madurar y evolucionar, no son procesos estáticos, sino que cambian en función de las demandas que van apareciendo, en un proceso adaptativo continuo.
Su misión es organizar nuestra vida, se encuentran conectadas a nuestras necesidades esenciales y requieren del control de los demás procesos psicológicos, como la percepción, la memoria, el pensamiento, la comunicación verbal y no verbal y la atención. De esta forma, facilitan la conducta apropiada en el momento en que se produce el cambio que ha sido detectado.
Las emociones primarias son emociones primitivas de carácter universal: sorpresa, asco, miedo, alegría, tristeza e ira. Cada una de ellas pertenece a una función adaptativa con condiciones desencadenantes específicas.
Las emociones secundarias se desarrollan a partir de las primarias. Se crean a partir del proceso de socialización y del desarrollo de las capacidades cognitivas, como el orgullo, los celos, la culpa y la vergüenza. Pueden o no presentarse en estado puro según la cultura y la propia historia de la persona. Aparecen a los dos o tres años de edad. Surgen de la identidad personal, de la comprensión de las normas sociales y de la capacidad de examinar la propia identidad frente a las normas sociales.
La sorpresa es la reacción emocional ante situaciones novedosas, promueve la curiosidad y la atención,  y es un estado transitorio.
El asco produce sensaciones fisiológicas de escape y de evitar daños para la salud.
El miedo produce ansiedad, promueve respuestas de escape, hace que se focalice la atención en el estímulo, genera una valoración de la amenaza y una aceleración en la frecuencia cardiaca.
La alegría genera actitudes positivas, dota a la persona de sensaciones de energía, la predispone para un mejor aprendizaje y favorece las relaciones interpersonales.
La tristeza posibilita valorar otros aspectos de la vida que antes no se habían tomado en cuenta y fomenta la empatía, aunque puede derivar en la depresión.
La ira focaliza la atención en los obstáculos externos que impiden la consecución del objetivo, genera reacciones de autodefensa y frustración, moviliza una gran cantidad de energía y dificulta la ejecución eficaz de los procesos cognitivos.
Las emociones tienen tres funciones principales. Una función adaptativa: preparan el organismo para la conducta más adecuada dependiendo de las condiciones ambientales. Una función social: permiten predecir nuestro comportamiento a los demás, y a nosotros el suyo. La represión y la expresión de las emociones pueden afectar a las relaciones sociales. Una función motivacional: determinan una conducta, y la dirigen hacia una meta con cierto grado de intensidad.

El lado oscuro y nuestra vida

El lado oscuro y las emocionesLas actitudes emocionales actúan sobre el sistema de valoración de la situación, con lo que se preparan recursos psicológicos para una situación determinada. Los prejuicios cognitivos producen una distorsión de la realidad, con lo que se emite un juicio inexacto y una interpretación ilógica de lo que está sucediendo.
Las emociones son una especie de alarma que nos avisa sobre qué funciona «mal» o no a nuestro alrededor, de forma que podamos realizar cambios necesarios en nuestras vidas. Su finalidad es ajustar las prioridades de interpretación de los acontecimientos y las respuestas aparejadas.
Los pensamientos y las emociones están unidos. Si nuestros pensamientos son negativos, nuestras emociones serán negativas, y al revés. Todo depende de nosotros, de lo que elijamos pensar y sentir, siempre reside en nuestro interior el poder de cambiar las cosas.
En Star Wars, la vertiente tenebrosa se alinea con el mal y el odio, la muerte y la destrucción. Es muy difícil resistirse a la tentación del poder rápido y fácil que otorga. Cuando un jedi se deja llevar por su odio, su ira o su miedo, es que ha adoptado el lado oscuro de la Fuerza como fuente de poder, siendo una senda difícil de abandonar. Cuando Luke Skywalker se entrena para ser jedi, pregunta a su maestro si el lado oscuro es más fuerte, y Yoda le responde que no, que solo es más rápido y más seductor.
El lado oscuro de la Fuerza domina la personalidad de quien lo utiliza y lo transforma por dentro y por fuera. Se vuelve violento, agresivo e impulsivo. El lado oscuro es reflejo directo del lado luminoso: un sith solo puede surgir de entre los jedi.
Luke sabe que debe enfrentarse a su padre, un antiguo jedi ahora seducido por el reverso tenebroso. Con el tiempo, Luke se convierte en maestro, y decide enfrentarse a su padre, pero no de la forma esperada. Ha conectado con el maestro interior que lleva dentro, y confía en sus sentimientos y en su instinto porque ha ahondado en el fondo de su ser.
Luke aplica el perdón transpersonal hacia su padre y hacia lo que ha hecho en su vida, reconoce a la persona que aún vive en ese cuerpo malherido de armadura y tecnología. Va a su encuentro, pero esta vez no habrá una lucha desmedida por la destrucción del oponente, sino que acude para ayudarle, para guiarle con sus palabras, para traerlo a la luz. Solo si su padre quiere ser ayudado podrá salir del reverso tenebroso.
Aquí reside uno de los conocimientos más antiguos que no tuvieron en cuenta ni Yoda ni Obi Wan. La oscuridad se forma con la ausencia de la luz. Una sola chispa de luz es lo que se necesita para salir de la oscuridad. Con esta simplicidad Star Wars nos recuerda la esencia del poder que reside en nuestro interior. Para vencer a un enemigo no hay que matarlo, hay que matar su rabia. «La ira, el verdadero enemigo es», dice Yoda.

Cómo influyen las emociones

Yoda nos advierte que el miedo, la ira y el odio son la puerta de entrada del reverso tenebroso de la Fuerza. Las emociones y los pensamientos se encuentran vinculados en lo que ocurre aquí y ahora. Si imaginamos que algo nos amenaza, se crearán emociones de respuesta aunque en realidad sea solo fruto de una ilusión que hemos creado.
Anakin Skywalker (futuro Lord Vader) sueña con el sufrimiento que está padeciendo su madre por causa de los Moradores de las Arenas, pero para su mente todo es real. El miedo de perder a su madre, la ira y el odio por el daño que la causan se apoderan de él, y reacciona perdiendo su propio control. Cuando encuentra a su madre maltrecha solamente piensa en vengarse y aniquila a todo el pueblo de los captores.
Creer que todo lo que se produce en nuestra mente es real representa un enorme potencial de sufrimiento y confusión emocional, ya que tomamos como cierto lo que solo es una representación en el escenario virtual de la mente. Así, pasamos a formar parte del engaño dirigidos por algo que ha tomado el control de nuestra vida. El no poder distinguir este «truco de magia» crea emociones aflictivas que nos hacen sufrir sin tener un motivo aparente.
Si traemos a la mente un recuerdo doloroso, nuestra energía emocional se conectará con ese recuerdo, que no distingue el pasado del presente, y nos sentiremos apesadumbrados. Son los pensamientos y emociones negativos los que obstruyen nuestra aspiración de ser felices.
Las emociones negativas están causadas por el hábito de pensar en nosotros mismos antes que en los demás y por proyectar características en las cosas y los acontecimientos más allá de lo que realmente son, como cuando se confunde una cuerda enrollada con una serpiente.
Hay que prestar atención a lo que pensamos y sentimos, porque los pensamientos y emociones negativos destruyen nuestra paz y deterioran nuestra salud. La ira es una fuente de enfermedades.
Cuanto más cedamos ante las emociones aflictivas menos espacio tendremos para desarrollar nuestras cualidades positivas y menos capaces seremos de resolver nuestros problemas. Yoda enseña a Luke que si se deja llevar por estas emociones, ellas dominarán su vida y le conducirán el reverso tenebroso de la Fuerza.
Los patrones emocionales son la esencia de las emociones aflictivas; se trata de energía emocional que se ejecuta en forma de bucles repetitivos, enredada en construcciones mentales separadas de la realidad de la vida, lo que provoca que llevemos una máscara igual que Dark Vader y que veamos una pseudorrealidad.
Frecuentemente las emociones aflictivas surgen del apego, que es la incapacidad de aceptar la impermanencia en la vida; es la resistencia al cambio, que produce un conflicto impidiéndonos ver otras posibilidades de satisfacer una necesidad. Esta forma de actuar suele ocurrir por hábitos aprendidos desde la infancia. De este modo, no reconocemos las emociones aflictivas como una fuente de conocimiento. Aquel niño que fuimos permanece en el subconsciente y nos ofrece mediante estas manifestaciones la posibilidad de sanar las heridas que ocurrieron en el pasado y que ahora determinan nuestra forma de actuar. Si no tomamos conciencia de estos avisos, seremos llevados más por los patrones emocionales que establecimos en su momento que por lo que de verdad podemos hacer ahora.
El lado oscuro, nuestras emociones, Star Wars, nuestra circunstancia... todo es una escuela de vida.
Ildefonso Martos