Importancia y beneficios de las técnicas de enraizamiento y relajación de la cadera

Una de las técnicas más importantes de la estructura interna del Tai Chi, tanto a nivel físico-energético como psicológico, es el enraizamiento.

Para poder entender la importancia de esta técnica interna que aporta tanto salud y armonía para el cuerpo, como estabilidad y seguridad a la mente, vamos a dar algunas explicaciones en este artículo, teniendo en cuenta que la mejor manera de entenderlo es siempre experimentarlo por uno mismo.

La técnica básicamente consiste en concentrarse intensamente en la planta de los pies y generar, con la imaginación, unas raíces que atraviesan el suelo hasta uno o dos palmos por debajo de la superficie.

El objetivo de la técnica es fortalecer a nivel energético la planta de los pies para generar una base, un anclaje firme en el que el cuerpo se apoya y estabiliza. Esto permite al propio cuerpo tener la confianza necesaria para relajarse y soltar las tensiones sin temor a desequilibrarse. La imagen de la naturaleza que ilustra esto a la perfección es la del bambú; este árbol posee un tronco muy flexible y unas raíces muy poderosas, de tal manera que es capaz de combarse ante los vendavales más violentos y, a su vez, no ser arrancado del sitio.

¿De que manera nos beneficia la técnica de enraizamiento a nivel psicológico?
En primer lugar, cualquier trabajo de concentración de la mente es ya, de por sí, altamente terapéutico.
En el mundo en el que vivimos, donde no se ha dado la importancia necesaria al cultivo de las facultades de la mente, estamos sufriendo las consecuencias de esta grave carencia: dispersión, inestabilidad, ideas circulares, manías, fobias, ansiedad, irritabilidad y un largo etcétera. El simple hecho de poder parar la mente y enfocarla a voluntad en un objeto concreto, hace que todo ese mundo psíquico y mental se detenga por un momento produciendo un efecto balsámico, del cual, pueden dar testimonio todos aquellos que lo han experimentado.
No ha de extrañarnos en este sentido el interés que ya desde hace tiempo despiertan disciplinas psicosomáticas como el Yoga, la meditación, el propio Tai Chi o, en sus versiones más occidentales, el Pilates, la antigimnasia o el Mindfullness, por citar algunos de los más conocidos.

Si tenemos en cuenta que cuerpo y mente conforman una unidad y que influyen el uno en el otro, entenderemos que cuando hacemos esta técnica y bajamos la energía a la planta de los pies, dejando densansar al cuerpo sobre esa base estable que creamos, estamos generando, por ley de correspondencia,  seguridad y estabilidad también a nivel mental. Podríamos decir que es como construir un edificio con poderosos cimientos capaces de resistir cualquier vendaval.

Si consultamos el origen de la palabra “aplomo” descubrimos que su procedencia es de la época romana y viene de la plomada que usaban los albañiles. Se hace aquí referencia a la imagen de una cuerda que nace en el vientre y baja con la plomada hasta situarse equidistante de los pies. Esto tiene relación con lo que estamos comentando. También, la sabiduría popular nos habla de “estar bien plantado sobre las plantas de los pies” como sinónimo de firmeza y determinación interior.

Por otra parte, desde el punto de vista de la energía, en la planta de los pies existe un punto energético conocido como “la fuente burbujeante” que, según la medicina tradicional china, corresponde al meridiano del riñón y asume la función de cargar de energía al cuerpo.
Hay otro aspecto importante que cabe destacar. La zona del cinturón pélvico en el cuerpo humano es la que acumula la mayor cantidad de inercia y rigidez. Por lo general (aunque no es lo correcto) el centro de gravedad del cuerpo solemos tenerlo en esta zona. La técnica de enraizamiento lo que busca es cambiar ese centro de gravedad a la planta de los pies.

Para entender esto nos tenemos que ir al eterno sistema yin-yang o de polaridad. En condiciones normales, como decimos, la cadera está yang (llena) mientras que los pies están yin (vacíos). Esta técnica consiste entonces en intercambiar esa polaridad entre la cadera y los pies, o sea los pies firmes y con energía y la cadera vacía, relajada.
Además de esto, la cadera, desde el punto de vista psicosomático, es donde se expresan en el cuerpo los aspectos más instintivos del ser humano, como los miedos profundos y el terror. La relajación y flotabilidad que esta técnica genera en la cadera ayuda a que dicha energía negativa no comprima ni bloquee el cuerpo.

En lo que se refiere al aspecto motriz o del movimiento, cuando la cintura se relaja totalmente es capaz de unificar la parte inferior y superior del cuerpo y éste se convierte en una unidad funcional que permite generar un movimiento seguro, armonioso, estético y que fluye sin esfuerzo. Dicho en otras palabras: un movimiento natural.
Si entrenas con regularidad, voluntad y cariño, te darás cuenta de los beneficios de esta técnica tan importante en la tradición del Tai Chi Chuan.
Os deseo a todos una feliz práctica.

Carlos Pedro Bernat. 
Profesor e investigador de artes marciales. 
Director de la Escuela de Tai Chi Wu Hsin